Cuanto dura un dia de Relajacion {Libre}

Estaba apunto de anochecer. El sol se ocultaría dejando dar paso a la noche oscura. El momento justo sería el ocaso, el atardecer. Benjamín amaba ese momento tanto como el amanecer. Así que decidió ir directo a la playa para apreciarlo. Era hermoso ver el color que tomaba el agua y cómo el sol se ocultaba. Sonrío pensando en los miles de atardeceres que había visto y aún así nunca se cansaba.

Caminó por la playa mirando siempre al horizonte hasta que se dio cuenta que no estaba solo. Observó que cerca de él se encontraba otra chica, Taishary. Sonrío. Tal vez era una de las únicas cazadoras con la que había logrado una amistad, claro, secreta. A él en realidad no le agradaban en absoluto los cazadores ni la idea de saber que cuando ellos quisieran podrían venir con sus armas y matarlos. Le molestaba demasiado aquello. Pero ella era simpática con él, a veces no lo entendía, la mayoría de ellos no solía ser agradable con él.

- Taishary - La llamó por su nombre mientras se acercaba - Vienes a ver el atardecer también? - Preguntó con una sonrisa

Sonrío al escuchar su voz y con una mirada pícara no le hizo caso. No se sentó a su lado. Vio el horizonte y luego a la rubia con la que se encontraba allí, se agachó, tomó algo de arena dejándola escurrir por sus dedos. - Tengo una menjor idea - Dijo mirándola y luego girando hacia el mar. El agua sabía tan apetecible en ese momento de gran calor. Observó a sus alrededores asegurándose que no hubiera nadie, no le gustaba la idea de que lo vieran haciendo sociales con una cazadora ya que casi toda la comunidad lo reprendería.

Se acercó un poco más. - Vení - Le dijo para que ella terminara de acortar la distancia - Es un secreto -

Esperó a que se acercara. Su plan era agarrarla en ese momento y llevarla hasta le mar metiéndola entera y mojándose ambos. No sería una molestia con el calor que hacía, al contrario, sería como algo reconfortante. El agua parecía llamarle una y otra voz, cada ola susurraba su nombre para que se echara una buena carrera hasta allá y aprovechara la frescura que iba a ofrecerle.

- No es el mar algo hermoso? - Comentó como si nada. Como si no fuera a hacerle absolutamente nada.

Volvió a zambullirse al mar después de haber dejado a Tay allí. Sacudió un poco su cabello y le sonrío. El agua fresca era como un banquete para él. Hacía tanto calor que ya no aguantaba más. Escuchó el hermoso ruido de las olas al romper contra el agua y volvió a sumerjirse mientras, por debajo del agua, agarró a su amiga y la hundió mientras él salía a la superficie y réia.

Acomodó su cabello para atrás así no le molestara y esperó a que la rubia saliera a la superficie también. - Lo sé, tranquiliza bastante y moja bastante también - Le sonreí mientras, con las manos, le tiraba agua.

Le recordaba a su pueblito de México. Podía disfrutar del bello océano Atlántico que era completamente cristalino, por lo menos en su zona. Cuando se mudo a Estados Unidos, no habí amar en su ciudad. Tenía que viajar a las Costas, por lo que, directamente, prefería volver a su país de vacaciones con su familia y sus viejos amigos. Ese viaje solía hacerlo con Lorena, su ex novia. Y a pesar de que ya no estaban juntos, lo habían seguido haciendo hasta el año anterior.

Algo lo sacó de sus pensamientos. Reaccionó de inmediato al sentir una buena cantidad de agua sobre su rostro. Por suerte tenía la boca cerrada sino hubiera tragado unos dos kilos de agua. Río mientras se refresgaba los ojos y sacudía la cabeza como si aquello fuera a hacer que se secara más rápido, algo totalmente imposible. Cuando por fin pudo ver bien observó a la cazadora que tenía en frente y le dedicó una sincera sonrisa.

- Lo siento, estaba recordando a mi país, México - Comentó - ¿Alguna vez fuiste para ahí?

Casi nunca le había preguntado a sus conocidos o amigos en la Isla si alguna vez habían estado en su país natal, es más, casi nunca había hablado de su vida personal o de su vida anterior a haber llegado a aquel paraíso. Es más, casi nadie sabía que Lorena y él habían salido hace un tiempo atrás, mucho antes de viajar juntos y encontrar la Isla. Simplemente él solía ser un poco cerrado y reservado sobre su "vida anterior"

- Es hermoso - Añadió con un poco de nostalgia pero dejando ver una sonrisa

Off: como admin debo decirte que el minimo de líneas son 10

Río junto a ella y vio cómo se alejaba tomando asiento en la roca e invitándolo a su lado. Se acercó, pero antes de sentarse sacudió su cabello un poco para secárselo y no andar chorriando agua por todos lados. Luego terminó a su lado mirandola de reojo. A veces él creía que ella le pretendía, pero después caía en la cuenta que sólo era su imaginación. ¿Por qué Tay lo buscaría? Se encogió levemente de hombros.

- Creo que México es uno de los países más maravillosos e interesantes del mundo - Dijo con un cierto brillo en los ojos y un gran orgullo de pertenecer a ese país - Visitar México es, definitivamente, algo que debes añadir a tu lista de "cosas que hacer antes de morir" - Sonrío

Si, le encantaba presumir sobre su país. Él sería un gran publicista si hubiera pretendido serlo. En realidad, Benjamín podría haber sido bueno para lo que se hubiera propuesto, era muy determinado y si tenía un objetivo en su mente, siempre lo cumplía sin importar lo que sucediese.

off:Lo siento es que en mi laptop se ve como eso mis disculpa....

lo oi presumir sobre su pais rei al escucharlo y no dejaba de mirarlo pero por dios lo deje de mirar y me puse a mirar como cai lentamente la noche
-Ya se esta haciendo de noche como me encanta la obscuridad-rei con cierta malicia era algo que adoraba mis mejores maldades eran en la noche cuando nadie notaba lo que hacia y aveces la playa o el bosque eran testigo de esto era facinante pero no era maldades con la maldad de molestar a nadie era otro tipo de cosa que solo sabia yo mi mente y mi diario por supuesto me habia quedado callada pero el que a sola rie de su maldades se acuerda eso paso en mi caso por que asi paraba me estaba acordando como puse por molestar a un chico que me gustaba lo amarre de un arbol luego de hacer con el lo que me diera la gana lo desate no antes correr como loca por todo el bosque para que no me matara lo volvi a mirar y lo empuje un poco-ben hablame tan calladito que te tiene tan pensativo no me digas que hablar de mexico te me llenas de melancolia-pase mi mano por su mejilla pero rapido cai en mi y la retire rapido-lo siento a veces me paso de carinosa-tarada

Si, definitivamente estaba un tanto callado. Pero no podía evitarlo, así era él. A veces lo verías hablando hasta por los codos y otras veces solo estando sentado y meditando sobre eso. El atardecer era el momento en el que más lo ponía de esa forma, el atardecer y el amanecer. Por eso eran sus momentos favoritos en el día. Por eso solía verlo solos aunque a veces un poco de compañía no le venía muy mal.

La miró curioso - No estoy callado - Dijo riendo despacio, aunque sabía que sí lo estaba - Lo siento, es que por ahí me pierdo, ya sabes como soy - Se excusó

Volvió a mirar adelante, al horizonte. Justo donde el mar se fundía con el cielo ya oscuro y se mostraba que aunque parezca infinito, todo tiene un final. Miró el cielo, las estrellas ya estaban en sus posiciones y se veían claramente, mucho más que en los Continentes porque este lugar no tenía los mil edificios con todas esas luces que evitaban ver un buen cielo nocturno, con todas las estrellas brillando. Se veían muchas más estrellas desde la Isla.

- Por qué lo haces? - Hizo una pausa - Me refiero... ¿Por qué trabajas con ellos? Siquiera te agradan? - La miró - ¿Serías capaz de matar a alguien si se metiera en tu camino, como lo hacen ellos? - Claro estaba que se refería al resto de los cazadores.

Sintió mucho alivio al escuchar la respuesta negativa de Tay ante su pregunta. Él nunca había sido fanático de las mujeres que serían capaces de lastimar a alguien con tal de lograr lo que ellas quisiesen. Le gustaba demasiado las chicas determinadas pero siempre logrando lo que se proponen sin tener que "pisar cabezas". Había tenido varias experiencias con chicas así en la secundaria, antes de conocer a Lorena, y no había sido nada agradable.

- Te entiendo - Dijo y luego río despaico al escuchar que se ponía un tanto romántica. Las mujeres siempre debían hablar del amor, era algo inevitable entre ellas. Los hombres también hablaban de eso pero no en una forma tan cursi o romántica, sino algo más... Animal, tal vez. Claro, entre hombres nada más. No podían hacer comentarios desubicados enfrente de otras mujeres.

- Oye, ya llegará ese chico - Dijo sonriendo - Y creo que cuando llegué, será una de las personas más afortunadas del mundo -

No lo decía por cortesía o por hacerla sentir bien. Lo decía porque de verdad lo creía. Ella era una gran persona y valía oro. Y no dudaba en que ella dejaría su trabajo en cuanto conociera al indicado aunque creía que tampoco podía depender tanto de un chico. Si quería dejarlo, debía hacerlo por ella misma, no por alguien más.

Río ante su primera pregunta. Parecía que esta charla iba a convertirse en esas que son profundas y se expresan lo ssentimientos, las penas y las alegrías referidas al amor. Pero le tomó aún más por sorpresa su segunda pregunta. Él era un tipo reservado y no solía hablar de eso con otro que no fuera su mejor amigo. Se vio un poco avergonzado aunque ella actuaba como si aquello fuera una charla de lo más común. Claro, tal vez para las mujeres, hablar de sus sentimientos, lo eran.

- A ver, ¿Enamorado? - Se preguntó así mismo. Claro que se había enamorado, o eso creía él. Tiempo atrás había estado profundamente enamorado de Lorena, su ex novia con la que ahora lo único que hacían era discutir y molestar al otro - Si, una sola vez - Respondió seguro. Luego suspiró y contestó la última pregunta - Y sí, también fui la primera vez de alguien - Dijo sin dar demasiados detalles del tema - ¿Tu? - Preguntó curioso refiriendose a la primera pregunta, si alguna vez se había enamorado

Era algo raro que una mujer contestara que nunca se había enamorado. Todos se habían enamorado alguna vez, aunque no muchos les gusta admitirlos. Río cuando dijo que todos eran mujeriegos, era tan común que las mujeres dijeran eso, "todos son iguales", lo había escuchado en más de una ocasión. La verdad es que no creía que todos los hombres fueran iguales, pero a lo de mujeriegos si le daba una parte de razón con la mayoría, no todos.

- Claro, entiendo - Se limitó a contestar

La vio bajándose de la roca y la imitó acercándose mientra reía por su comentario de que aún no mordía. No es que Tay le daba miedo o algo así, sino que el no era, muchas veces, de demostrar demasiada confianza. Claro, a menos que se tratara de alguien que conocía hace mucho tiempo.

- Uno nunca sabe, tal vez eres una mujer loba y en luna llena te conviertes en lobo - Bromeó

Observe un poco como me prestaba atencion a lo que decia al menos me sentia escuchada muchas veces ni lo lograba pero bueno siempre ahi una primera vez para todo un simple claro entiendo hizo que sin el me viera rodeara los ojos un poco pero bueno no hablaria mas del tema como dije siempre ahi una primera vez y ya habla de mucho mas de lo que yo acostumbro sonrie un poco de manera divertida cuando dijo lo de la loba me le pare de frente.

-por favor si me vas compara con ser inmortal que sea con un vampiro no una loba no veo llena de pelo saliendo de mi en una noche de luna llena aunque depende en que teoria pienses lo de loba-

yo si me entendi pero a veces me gustaba que los demas no aunque luego me chocaba un poco el que pidiera una explicacion a lo que decia pero bueno yo siempre cambia el tema para no tener que decir nada mas del asunto habia bajado mi cabeza y la subi de nuevo mirandolo un poco-

-No me dara el honor de sentarte a mi lado pensare que me teme o es que acaso tiene temor de algo por que si es asi mejor que me vaya y ni me gire mas a mirarte eh notado que me evitas un poco y si es asi quiero saber un por que antes de irme es todo-

Off: Sorry.. I am Busy..